El rugido de doce motores
V6, V8 y V12 irrumpió al amanecer en la tranquila salida norte de Madrid.
No era una edición de Amore Ferrari más, era una celebración: doce
Ferrari, pilotados por clientes de Santogal Ferrari Madrid,
emprendieron el pasado 25 al 27 de septiembre una ruta exclusiva rumbo a
Pamplona, combinando la pasión por la conducción con el arte de la buena mesa.
Durante tres días, esta caravana
roja —una sinfonía de ingeniería italiana— recorrió algunos de los paisajes más
pintorescos de Navarra y la Rioja por los valles pirenaicos, enlazando curvas
perfectas con paradas llenas de sabor.
Gastronomía con Denominación de
Origen
El itinerario, cuidadosamente
diseñado, ofreció algo más que adrenalina. El primer alto fue en el Restaurante
Echaurren en Ezcaray, dirigido por el chef José Feliz Paniego donde los
asistentes disfrutaron de un menú cuidado y delicado.
“Este viaje no va solo de coches.
Va de compartir una pasión, de disfrutar del camino, de sentarse a la mesa y
brindar por lo que nos une”, comentaba uno de los participantes, mientras su
Ferrari Roma descansaba junto a un Ferrari 12Cilindri.
Los asistentes también pudieron
visitar las bodegas de Muga en Haro y Valduero en Ribera del Duero, los dos
máximos exponentes de calidad, tradición y buen hacer del vino en España.
El punto de encuentro
siempre era el Hotel Castillo de Gorraiz, un referente en Pamplona donde el
lujo y cuidado al detalle de su equipo responde a la altura de los vehículos
Ferrari.
Carreteras que Inspiran
La ruta, planificada por Santogal
Ferrari Madrid, recorrió algunas de las carreteras más escénicas de la región:
desde los viñedos ondulantes de la zona. Cada tramo ofrecía una sinfonía
distinta: el eco del motor entre paredes de roca, el trazado perfecto para
sentir el control en cada curva, y tramos abiertos donde los caballos del
Cavallino Rampante podían estirarse con libertad (y responsabilidad).
Un equipo técnico de Santogal
acompañó el recorrido, garantizando que cada Ferrari estuviera en condiciones
óptimas. La atención al detalle fue tal, que incluso se personalizó la música
de cada coche con una playlist exclusiva para la ruta.
Una Comunidad sobre Ruedas
Más que un viaje, fue una
experiencia que reforzó la comunidad entre los propietarios Ferrari. El
espíritu de Maranello se vivió en cada parada, en cada brindis, en cada charla
entre motores apagados. Santogal Ferrari Madrid no solo entregó coches: ofreció
vivencias memorables.
“El lujo no es solo tener un
Ferrari. Es vivirlo. Y esta ruta fue un homenaje a eso”, concluyó uno de los
organizadores mientras el convoy se despedía de Pamplona, dejando atrás un
rastro de elegancia, potencia y pasión.
Fotos
realizadas por: Alvaro Gracia-Mancha @agprods